Gotas para los ojos de atropina

Durante muchos años, las gotas para los ojos de atropina se han utilizado para el control de la miopía con resultados eficaces a corto plazo. No obstante, el uso de estas gotas también tiene algunos inconvenientes.

La atropina tópica es un medicamento utilizado para dilatar la pupila, así como para paralizar temporalmente la acomodación y relajar por completo el mecanismo de enfoque de los ojos.

La atropina no se usa para los exámenes corrientes de dilatación de los ojos porque sus acciones son duraderas y pueden tardar hasta una semana o más en desaparecer. El efecto de las gotas dilatadoras, aquellas que el doctor de la visión utiliza durante el examen de la vista, suele desaparecer en un par de horas.

En la actualidad, el uso frecuente de la atropina es para reducir el dolor ocular asociado con ciertos tipos de uveítis.

Dado que las investigaciones indican que la miopía en niños puede estar vinculada al esfuerzo acomodativo , los investigadores han considerado el uso de atropina para desactivar el mecanismo de enfoque del ojo para controlar la miopía.

Y los resultados de los estudios de gotas para los ojos de atropina para controlar la progresión de la miopía han sido impresionantes al menos durante el primer año de tratamiento. Cuatro estudios a corto plazo publicados entre 1989 y 2010 concluyeron que la atropina produce una reducción media del 81 % de la progresión de la miopía en niños miopes.

Sin embargo, investigaciones adicionales han demostrado que el efecto de control de la miopía de la atropina no continúa después del primer año de tratamiento, y que el uso de atropina a corto plazo no puede controlar la miopía significativamente a largo plazo.

Curiosamente, un estudio halló que cuando se interrumpieron las gotas de atropina para el control de la miopía después de dos años de uso, los niños que estaban usando gotas con la menor concentración de atropina (0.01 %) tenían un control más sostenido de la miopía que aquellos niños que se trataron con gotas de atropina de mayor concentración (0.1 % a 0.5 %). También tenían menos progresión de la miopía de "rebote" un año después del tratamiento.

Además, muchos especialistas de la visión son reacios a recetar atropina para niños porque los efectos a largo plazo del uso constante de la medicación son desconocidos.

Otros inconvenientes del tratamiento con atropina incluyen malestar y sensibilidad a la luz  debido a la prolongada dilatación de la pupila, visión de cerca borrosa y el gasto añadido de los lentes bifocales o lentes progresivos que los niños necesitan durante el tratamiento para poder leer con claridad, dado que su capacidad para enfocar de cerca se ve afectada.